Es el perro de mi hermana Marta y Pedro.
Primero se llamó AMIGO… Sí, AMIGO.
Una amiga dijo con su santa paciencia: “Será curioso cuando te enfades con él y le grites muy seria y autoritaria “¡Vamos AMIGOOO !”.
Luego alguien comenzó a llamarle PANCHO.
¿PANCHO…?, ¿PANCHO...? No se sabe de qué tiene cara, pero desde luego no de PANCHO.
Y así pasaron los primeros meses de la vida de este perro sin nombre definido.
“Este perro parece un león…” dijeron Marta y Pedro. PERRO-LEÓN…, PERRO-LEÓN…, LEÓN…, LEÓN…, ¡LEÓN!
Y no solo se parece físicamente, León se pasa el día durmiendo largas siestas a la sombra. Por las noches se pone flamenco, tiene ganas de juego. Rara vez ladra, prefiere el bostezo. Y ha crecido, vaya que si ha crecido.
Primero se llamó AMIGO… Sí, AMIGO.
Una amiga dijo con su santa paciencia: “Será curioso cuando te enfades con él y le grites muy seria y autoritaria “¡Vamos AMIGOOO !”.
Luego alguien comenzó a llamarle PANCHO.
¿PANCHO…?, ¿PANCHO...? No se sabe de qué tiene cara, pero desde luego no de PANCHO.
Y así pasaron los primeros meses de la vida de este perro sin nombre definido.
“Este perro parece un león…” dijeron Marta y Pedro. PERRO-LEÓN…, PERRO-LEÓN…, LEÓN…, LEÓN…, ¡LEÓN!
Y no solo se parece físicamente, León se pasa el día durmiendo largas siestas a la sombra. Por las noches se pone flamenco, tiene ganas de juego. Rara vez ladra, prefiere el bostezo. Y ha crecido, vaya que si ha crecido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario